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GRANADA: MISTERIO DE AL-ANDALUS

29.12.2013 18:12

Ya hace un tiempo que no escribo por aquí, ya que he tenido el pc estropeado y para hacer mis artículos necesito que sea tranquila en casa y echarle unas cuantas horas al teclado. Así que ahora, aprovechando por un lado que Papa Noel me ha regalado la reparación y por otro, que acabo de venir de una escapada a Granada(una de mis ciudades preferidas en España), me tomo la tarde para mí y me siento en mi rinconcito para contaros cómo ha ido este viaje que con tantas ganas esperaba.

Ha sido un viaje express de tan solo 2 noches, pero os aseguro que son suficientes para conocer bien  la ciudad, pasear tranquilamente por los lugares más turísiticos, disfrutar de su tradicional gastronomía en forma de las famosísimas caña-tapas andaluzas y cómo no, visitar el precioso monumento por todos conocido, La Alhambra.

Aunque había visitado la ciudad en varias ocasiones, esta escapada la recordaré siempre con especial cariño por haber sido en Navidad,  una fecha muy entrañable para mí. Lo he pasado genial y por algún motivo lo he disfrutado como siempre había querido, sin prisas y deteniéndome en cada sitio que me apetecía sin mirar el reloj...y todo esto en tan sólo 48 horas, corto espacio de tiempo pero vivido con intensidad.

Reservé el hotel a través de Booking.com hace 2 meses y me salió genial de precio: 2 noches de hotel en una buena zona por tan solo 90€ con el parking incluído (el precio es de habitación doble para dos personas y sin el parking nos habría costado 24€ menos). Elegí el Hotel Almona de 2 estrellas por su relación calidad-precio, se encuentra junto a  la Calle Gran Capitán y es como una antigua casa en la que accedíamos a la recepción con nuestra propia llave. El  hall es muy acogedor y las habitaciones tenían un toque muy rústico y chic con tonos azules y marrones, sin ningún lujo pero con una bonita decoración.

El primer día llegamos sobre la 1 del mediodía así que dejamos las maletas y el coche en el parking y nos fuimos a buscar un sitio acogedor donde poder empezar con nuestra primera caña-tapa del viaje. Dimos con el Bar Los Naranjos, junto a la Gran vía de Colón, en la Calle Santa Lucía. No había mucha gente, y nos servían todo muy rápido, con unas tapas muy buenas y a un precio aún mejor: sólo 1,60€ y las tapas pudimos elegirlas nosotros. Tomamos mini hamburguesas, albóndigas en salsa, tostas de queso fresco con sobrasada y también de jamón con huevo de cordorniz. Nos quedamos encantados y dispuestos para comenzar nuestra ruta.

Lo primero que hicimos y que nos vino genial para bajar un poco las cervecitas fue subir al barrio del Albaicín, donde se encuentra el por todos conocido Mirador de San Nicolás, con unas vistas impresionantes de la Alhambra. Subimos a pie, aunque al día siguiente decidimos subir de nuevo al caer la tarde para ver las vistas de la Alhmbra iluminada y esa vez decidimos subir en autobús urbano(el numero 31 con parada en la Catedral) por sólo 1.20€.

 Como os decía esta vez decidimos subir andando y lo hicimos subiendo por Plaza Nueva hasta la Acera del Darro. Este es un paseo que empieza a introducirte en la verdadera Granada, la auténtica, la que a mí personalmente más me seduce, por su bajada del río, los puentes de piedra, las fachadas de los bares tan bohemias, como la del Andalusian Dream Café... por todo esto se convierte en uno de mis lugares preferidos de Granada.

Una vez pasada la Acera del Darro llegamos al Paseo de los Tristes, que también tiene unas vistas desde abajo de la Alhambra que me encantan. Aquí puedes parar a tomar un café o comer en alguno de los bonitos restaurantes, que ofrecen platos típicos como las Berenjenas a la miel. Nosotros aquí nos metimos por uno de los callejones que suben hacia el Albaicín y aunque no teníamos muy claro por dónde ir, aquñi se cumple la regla de "todos los caminos llegan a Roma" y enseguida nos encontramos en El Mirador. Estas calles para los que no habéis estado os diré que son como un laberinto de callejuelas estrechas, algunas con escaleras , todo cuesta arriba y se puede hacer un poco cansado para los que no acostumbran a hacer mucho ejercicio, pero a mí me encanta fotografiar esos preciosos rincones, de lamparitas de alumbrado, balcones adornados con maceteros de flores, calles de piedra que se conservan desde siempre, puertas de madera que son verdaderas reliquias y ese color típico encalado de los pueblos andaluces...porque Granada es una ciudad, que a la vez te recuerda a los pueblos más castizos. Al llegar al Mirador de San Nicolás por primera vez, comprendemos cuál es la recompensa a la subida al Albaicín, frente a nosotros se levanta impetuosa la Alhambra, como si la hubieran colocado allí para nosotros, aunque sea justo al contrario y haya sido el Mirador el construído para divisar semejante belleza.

El Mirador de San Nicolás nunca descansa, el ir y venir de gente es constante y nadie se va de allí sin intentar captar el mejor plano de la Alhambra con su cámara de fotos. Suele haber grupos flamencos de cantaores y guitarristas que tocan en la calle para sacarse un dinero, probablemente habitantes de la zona del Albaicín o el Sacromonte, que con su arte inundan el aire de la energía castiza de esta zona y te hace vivir de manera especial tu visita a la ciudad.

Justo a los pies del Mirador se han creado varios restaurantes con encanto para comer o cenar con vistas a la Alhambra. Los que se ven desde arriba son terrazas con mesas de madera, parras, jazmineros e iluminación de lamparitas y velas. Los habrá más lujosos aunque no se ven desde el Mirador, pero sé que hay algunos con página web propia que podéis consultar si estais interesados en conocer su carta.

Además, para los que os gusta el flamenco, se pueden visitar las zambras en el barrio del Sacromonte, cercano a esta zona del Albaicín. Son casas típicas en las que se han instalado tablaos flamencos y restaurantes, para disfrutar de una actuación en directo de este arte mientras se cena o se toma una copa de vino.

Por la tarde bajamos andando desde el Albaicín hasta la calle Calderería Nueva, más conocida como la calle de las teterías. Como es tradición, entramos en la tetería Kashba, que es mi preferida, y pedimos té pakistaní (que es de los que hacen con leche y está delicioso) y tartas típicas árabes de chocolate con nueces y de nata con almendras. Tienen una carta algo extensa de tés, zumos de frutas naturales y chocolates, por lo que se puede hacer difícil hacer nuestra elección. Yo siempre que voy a Granada pido lo mismo porque soy de las de "más vale bueno conocido..." También podéis pedir que os traigan una cachimba, yo las he probado en mi época de fumadora y me parece que es más flojito que el tabaco normal y el sabor afrutado también le da un toque diferente. Consumiciones aparte, lo que más me gusta de este sitio es su decoración, está muy lograda y realmente parece que estemos en cualquier ciudad árabe del mundo, si no fuera porque las camareras son chicas españolas y no llevan ningún atuendo especial, es lo único que yo cambiaría. pero de verdad merece la pena la experiencia. Los precios no están mal, pero si que te cuesta como el doble que en una cafetería normal: lo que nosotros tomamos nos salió por 11€.

Si no quieres gastarte tanto siempre estás a tiempo de pasar solo para ver la decoración, ya que con la de gente que hay nadie notará que entras y sales sin consumir...y si quieres probar verdaderas delicias árabes hechas con miel y pistacho, entre otros ingredientes, entra en la pastelería Nujaila, situada en la misma calle y pídete uno para llevar, te costará entre 90 centimos y 2€, dependiendo del que pidas, y están realmente buenas, aunque algo empachosas, por eso no las hacen muy grandes.

En esta calle de las teterías, otro rasgo característico son los puestos de artículos árabes: lámparas, cachimbas, teteras, bolsos, chilabas, babuchas, monederos, portavelas...es como un pequeño zoco en plena ciudad de Granada. Puedes intentar regatear un poco si te llevas varios artículos o preguntar en diferentes puestos hasta encontrar lo más económico. También puedes ver este tipo de tiendas abiertas en un callejón muy estrecho cercano a la catedral, por las calles peatonales comerciales. Yo soy aficionada a comprar en todos los sitios árabes que visito y tengo una decoración basada en este estilo en mi salón, me gusta el regateo y suelo conseguir buenos precios en todo lo que compro.

 Al día siguiente por la mañana queríamos visitar la Alhambra, pero desde hacía tiempo no quedaban entradas por Internet. Me enteré de que aunque no tengas entrada anticipada, puedes conseguirla si vas temprano por la mañana a las taquillas, ya que se reservan un cupo para vender allí ese mismo día. El caso es que el primer día acabamos muy cansados y la idea de levantarnos a las 6 de la mañana con el frío que hacía para hacer cola, no nos agradaba para nada. Entonces leímos en otro blog que si no queríamos hacer largas colas, podíamos ir a otra zona donde hay unos cajeros para sacar entradas con tarjeta de crédito. Así que, como ya habíamos visitado la Alhambra años atrás, nos lo tomamos con tranquilidad y decidimos no madrugar. Nos levantamos sobre las 9 y nos fuimos a una churrería a disfrutar de una buena ración de churros con chocolate, otra de las cosas que me encanta hacer en Granada. Repusimos fuerzas para un nuevo día y cogimos el bus que nos llevó hacia la Alhambra(el nº 31 en la Catedral), también por 1,20€ y que merece la pena sin duda alguna, ya que la subida es bastante larga y se hace muy pesada. Al igual que con la subida al Albaicín, recomiendo la subida en bus y la bajada a pie, la cuesta abajo se hace mucho más amena y así no podemos pensar que nos hemos perdido nada.

LLegamos a la puerta de la Alhambra sobre las 11.30h y al ver la cola que había para comprar las entradas en taquilla, nos dirigimos sin pensarlo dos veces hacia los cajeros para comprarlas con tarjeta de crédito. Para ese día ya no quedaban entradas para visitar la zona de los Palacios Nazaríes, que es el lugar mas controlado en afluencia y solo puede ser visitada por un numero pequeño de turistas cada media hora. Así que compramos la entrada que nos permitía recorrer todo el recinto excepto esa zona de los palacios nazaríes, visitando así la zona del Generalife (zona de ocio y recreo de los jeques que habitaron en la Alhambra), famosa por sus jardines y fuentes, el Palacio de Carlos V y la Alcazaba, con varias torres accesibles desde donde se divisan unas impresionantes vistas de la ciudad. La más alta de ellas y también más conocida es la torre de la Vela, aunque nosotros tenemos un poco de vértigo y preferimos quedarnos con las vistas de las otras dos torres algo más bajas

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En total la visita nos llevó unas 3 horas, así que una visita completa incluyendo los Palacios Nazaríes duraría 4 horas más o menos. En el recinto hay aseos y zonas de máquinas de snacks y un quiosco para tomarse un descanso si se desea.

Nosotros lo hicimos todo seguido y se nos pasaron las 3 horas volando, terminamos sobre las 14.30h y bajamos andando hasta Plaza Nueva. Así que aprovechando la hora que era, entramos por la Calle Elvira y decidimos buscar un sitio para comer. Enseguida nos encontramos con un chico que nos ofreció comer en la pulpería Noray, recomendable 100%, tanto por el trato de su personal, como por el sitio (céntrico, nuevo y moderno), como por las tapas que servían con la bebida, como por el precio final. Tomamos 3 rondas de caña + tapa y nos pusieron primero una ternera en salsa exquisita, segundo mejillones al vapor con una salsa buenísima por encima y para terminar un plato de trocitos de pollo rebozados con una salsa de curry. Todo por solo 11,40€. Si vais por Granada, este es sin duda uno de los sitios que no deberíais perderos para tapear.

Y con esto termina nuestro viaje express a una de las ciudades marcadas por Al-Andalus. Como estamos en Navidad, complementamos visitando las calles comerciales viendo tiendas y paseando entre la gente, viendo los puestos que montan por estas fechas y disfrutando del ambiente alegre que reina las calles.

Para la próxima, hemos decidido que haremos la visita nocturna de  la Alhambra, de 1 hora y media de duración, en la que sólo se visitan los Palacios Nazaríes. Así, además de hacer una excursión muy distinta y especial, nos quitamos la espina de no haber podido entrar esta vez a esa zona. Las vistas nocturnas desde San Nicolás dan un toque de misterio que invita a hacer esa visita y descubrir todo el encanto que guarda en su interior.

Puede que ya conozcas Granada, porque es uno de los destinos más visitados de España, Europa y el mundo entero, pero si aún no te has decidido a visitarla, espero que lo hagas pronto, y cuando la conozcas seguro que tendrás la sensación de que la ciudad te estaba esperando.